Con la llegada de la democracia, en el año 83, los jóvenes se manifestaron por medio de siluetas pintadas por toda Plaza de Mayo, a causa de los desaparecidos. En el comienzo del 2000, la crisis económica que afectó al país provocó que en la ciudad haya una mayor expresión en las paredes, las persianas, trenes y terrenos desocupados, donde se observan imágenes o frases vinculadas al ámbito político. De esta forma, Buenos Aires se convirtió en el escenario donde conviven graffitis y murales con una fuerte carga social, admirados por artistas de otros países.
En la actualidad, la empresa Puma, Converse, Apple, entre otras, se volcaron al mundo del Street Art, organizando eventos como: ArteBa, Ciudad Emergente, Urban Art, para obtener un mayor apoyo comercial. Además contratan artistas urbanos para hacer publicidad en el espacio público y así adquirir una nueva imagen frente a los actuales y futuros clientes, a través de un lenguaje más urbano y directo, ya que consideran que es más efectivo que la publicidad tradicional. Así lo manifestó Carla Melich, presidente de Evolution Media: “La pionera fue Coca-Cola, que coincidió con el lanzamiento de la campaña ‘El otro lado de Coca-Cola’. Ellos querían llegar a los barrios y a un público diferente a través de una comunicación innovadora". En Argentina, un 70% de las empresas se suman al street Art para comercializar sus productos y/o servicios, el resto sigue trabajando con el marketing habitual. En lo que tiene que ver con el modo de expresión, según las declaraciones de Juan Abba, el sentido del mensaje puede ser distinto pero el artista que pinta la obra sigue siendo artista y también está comunicando.
ENTREVISTA A JUAN ABBA
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